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viernes, 21 de abril de 2017

10 detalles que nunca debes sacar a la luz en el trabajo

Son muchas las horas que compartimos con nuestros compañeros de trabajo. Muchas más a veces que con la familia y amigos. No nos extraña por tanto que la relación con el paso del tiempo sea de más confianza. Pero hay que tener cuidado de los secretos que revelamos en la empresa porque pueden perjudicarnos mucho. No hace falta ser hermético cien por cien, sino ser comedido y saber qué información de nuestra vida privada compartimos. Nosotros hemos realizado un decálogo de ‘secretos’ que nunca deberías revelar.

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1. Estilo de vida

Cada uno lleva unos ritmos y unos estilos muy propios y particulares. Si el tuyo se aleja de lo aceptado socialmente (no tiene por qué ser bueno o malo, o mejor o peor), casi es mejor que no lo confieses. Por ejemplo, lo comúnmente aceptado es hacer deporte regularmente, leer, llevar hábitos saludables (por ejemplo en cuanto a alimentación, horas de sueño…). Si tu estilo de vida se aleja de todo ello, mejor no lo digas. Imagina que eres un aficionado a los videojuegos y te pasas horas frente a la tele. O que no lees ni un solo libro. O que tu deporte favorito es sentarte en el sofá hasta las 3 de la mañana con una pizza. No es que sea malo, pero posiblemente te juzguen por ello, aunque sea injusto y eso no afecte a tu actividad laboral.

2. Relaciones familiares

Otro motivo por el que se suele juzgar a los compañeros de trabajo es su situación familiar. Si esta es estable y tradicional, ningún problema. Si hay problemas y se cuentan, aparecerán los prejuicios. Una ruptura con la pareja, un proceso judicial, una herencia, una discusión telefónica a oídos del resto de compañeros… Son situaciones que se pueden evitar.

3. Situación económica

Al igual que con la familiar, la situación económica es muy personal, y de ella solo tienen que tener conocimiento los más allegados, y desde luego esos no son tus compañeros de trabajo. Has de ser, por tanto, muy discreto en este punto. Imagina que tienes problemas con Hacienda, o tienes deudas con alguien de tu familia, o un embargo… Son todas situaciones desagradables que, de salir a la luz, provocarán los ‘chismorreos’ y las valoraciones sin conocimiento de causa por parte de los compañeros, con lo que eso conlleva. Y aquí por ejemplo se puede incluir la cuantía de tu nómina. Es privada, no la hagas pública.

4. Opiniones sensibles

No todo va a ser hablar de trabajo en la empresa. Cuando se conviven tantas horas, no es difícil que salten a la palestra otros temas de actualidad como política, religión o deportes. Temas sensibles que son muy dados a provocar discusiones y sobre todo crear clichés y estereotipos. Es importante mantenerse al margen de estos temas tan sensibles o al menos ser muy moderado en las opiniones para no ser prejuzgado. Las ideas políticas (y esto es así de injusto) pueden llegar a influir y mucho en la opinión que los jefes tienen de nosotros, e incluso pueden llegar a condicionar decisiones estrictamente laborales.

5. Estado de salud

Como bien sabes, tu historia clínica es estrictamente confidencial. Los profesionales que te atienden no pueden revelar su contenido, por lo que lo ideal es que tú te apliques el cuento. Tu historia clínica, las enfermedades que padeces o has padecido, dicen mucho de ti y de tu estilo de vida, y su conocimiento también hace que seas prejuzgado. Imagina por ejemplo que has padecido una ETS y tú lo cuentas. Bien, posiblemente alguien pueda juzgarte por ello porque aunque no debería ser así, hay enfermedades que estigmatizan. Y todos sabemos que un estigma en el trabajo no conviene.

6. Vida nocturna

Aunque bien podríamos haber incluido este epígrafe en el apartado que hemos dedicado al estilo de vida, hemos preferido hacer uno propio con él. La vida nocturna (la agitada vida nocturna, se entiende) puede llegar a ser perjudicial en el terreno laboral si tus compañeros la conocen en profundidad. Hablamos siempre desde la premisa de que esa vida nocturna nunca afecte a tu trabajo, es decir, que no dejes de acudir a tu puesto porque estés de resaca, por ejemplo. Nos referimos a tus fines de semana o días libres. Si tus compañeros de trabajo se enteran de ese ritmo, pueden empezar a opinar sobre ti de manera injustificada.

7. Opiniones de otros compañeros

Sé discreto con respecto a tus opiniones sobre otros compañeros. Si hasta ahora en todos nuestros consejos hemos intentado que no nos juzguen de manera injustificada, no hagas tú lo mismo. Y para ello lo ideal es no hablar mal de nadie delante de los compañeros, porque esa información puede llegar a oídos del protagonista y eso causar un problema entre los dos. Lo mejor es que si hay críticas, que sean constructivas y del terreno laboral, no del personal. Tus opiniones, mejor compartirlas (si deseas desahogarte) con allegados de fuera del entorno laboral.

8. Redes sociales

Todo lo que hemos dicho hasta ahora, todos esos detalles que no deberías dar en el trabajo, tampoco deberías revelarlos en tus redes sociales, porque no habrías llegado a ningún sitio si eres muy discreto en el trabajo con lo que opinas de tu jefe si luego en Facebook le pones a parir y eso lo ven tus compañeros. Así, para empezar, chequea tus condiciones de privacidad (quién puede ver tus contenidos) pero sobre todo piensa dos veces lo que vas a compartir.

9. Sexo

Al igual que ocurre con otros, el sexo es un asunto muy espinoso, y sobre todo íntimo, que también se presta a juicios de valor por parte de los compañeros de trabajo. Se trata de un tema del que se habla frecuentemente en la empresa pero los secretos de alcoba, han de quedarse en la alcoba, al igual que tus gustos, filias y fetiches, y los detalles sobre tu pareja, y más si tu pareja es también trabajadora de tu empresa (o has mantenido una relación del tipo que sea con alguien de tu empresa). No incluimos aquí tu inclinación sexual. Es decir, no es problema si no ocultas si eres homosexual siempre y cuando tus secretos de alcoba quedan resguardados.

10. Otras actividades laborales

Muchas veces, además del trabajo principal, surgen otro tipo de fuentes de ingresos en forma de colaboraciones, ‘chapuzas’, etc., que conviene mantenerlo en secreto. La razón es por si entra en conflicto con la actividad de tu empresa o por si alguien puede llegar a pensar que rindes menos por culpa de tu otra actividad. Mejor que nadie lo sepa.

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David García OficinaEmpleo.com

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