Todo el mundo sabe que las entrevistas de trabajo son un momento muy importante en nuestra vida. De ellas depende muchas veces el futuro laboral pero tan importante son nuestros méritos académicos y laborales para que la entrevista sea un éxito, como otro tipo de factores como los gestos, ya que estos dicen mucho de nosotros como personas. Y es que nuestro entrevistador estará muy atento a cualquier señal que le enviemos inconscientemente para conocernos un poco mejor. Por eso habrá que controlar qué tipo de gestos hacemos y evitar algunos que pueden jugar en nuestra contra.
1. El saludo: no a las manos blandas
Comencemos por el principio: el saludo con nuestro interlocutor. Si le estrechamos la mano, hay que evitar dejarla blanda. No se trata de irnos al otro extremo y apretarla tanto que se la rompamos, no. Se trata simplemente de demostrar firmeza (no dureza). Y es que una mano blanda puede llegar a interpretarse de manera negativa, como falta de seguridad en uno mismo, así que conviene evitarse.
2. Cruzarnos de brazos
Tradicionalmente, cruzarse de brazos se ha interpretado como un sinónimo de oposición o barrera, en definitiva ponerse a la defensiva. Por lo tanto no cuesta nada evitarlo y a cambio utilizar las manos para gesticular, aunque no conviene hacerlo tampoco de manera exagerada.
3. Frotarse las manos
Uno de los objetivos fundamentales cuando entramos a una entrevista es la de aparentar que no estamos nerviosos, aunque en realidad estemos como un flan porque nos estemos jugando mucho. Para poder alcanzar este objetivo, se hace necesario evitar ciertos gestos que denotan nerviosismo, como algunos que podemos hacer con las manos, como frotárnoslas o comernos las uñas.
4. Jugar con el pelo
Muchas personas con el pelo largo adquieren una serie de tics a lo largo del tiempo que generan muy mala imagen, sobre todo en una entrevista de trabajo, y que al igual que en el ejemplo anterior denotan nerviosismo por lo que hemos de esforzarnos para no caer en esos gestos.
5. Manos y pies quietos
Otro de los gestos que menos pasan desapercibidos es el movimiento continuo de manos, piernas o pies, un tic muy típico en mucha gente cuando se pone nerviosa y que, como decimos, será difícil que pase desapercibida por parte de nuestro entrevistador.
6. Mirar hacia otro lado
Cuando hablamos con alguien, solemos mirarle a los ojos o, como mínimo, a la cara. Aunque el contexto sea de una mayor tensión (una entrevista de trabajo en este caso) no debemos perder este hábito que es más de respeto que de estrategia. Por eso debemos evitar mirar para otro lado cuando estamos hablando con nuestro entrevistador porque si lo hacemos estaremos creando un clima de desconfianza que no nos conviene, como de querer ocultar algo.
7. Sentarnos correctamente
Las malas posturas también debemos evitarlas. Con esto nos referimos a situaciones como las siguientes: sentarnos con la espalda curvada (se interpreta como un signo de cansancio); recostarse, sentarse en el borde de la silla (inseguridad), etc.
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David García OficinaEmpleo.com
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