Casi dos millones de personas según algunos estudios, del Consejo Empresarial para la Competitividad por ejemplo, cobran en estos momentos en negro en España. Otros estudios, de la escuela de negocios Esade y el portal de búsqueda de empleo Infojobs, aseguran que uno de cada cinco parados y uno de cada 10 trabajadores reconoce haber cobrado en negro.
Un panorama sobre el que poco puede hacer la Administración, y además que, según dicen los expertos, no le interesa erradicarlo. Aunque eso sí, el 20 por ciento asegura que lo hizo el año pasado para complementar su sueldo principal. Así las cosas, si estás entre ellos, has de tener en cuenta una serie de desventajas o riesgos a los que te expones.
1. Sin algunas prestaciones sanitarias
Nuestro Sistema Nacional de Salud está basado en las aportaciones que cada trabajador legal hace a una caja común. En el caso de un padre o madre de familia, gracias a esa aportación se consigue también la atención sanitaria a esos menores a su cargo. Sin embargo, si estás cobrando en negro, los miembros de tu familia que dependan de tus ingresos tampoco tendrán asistencia sanitaria gratuita.
2. No cotizas
Cuando cobras en negro, no estás aportando tampoco a la caja común de la Seguridad Social. De esa aportación dependen por ejemplo las prestaciones de desempleo, en caso de quedarte en el paro, y tu jubilación, que se calcula en base al tiempo que estás dado de alta y a tus bases de cotización. Si estás cobrando en negro, no hay ni unas ni otras.
3. Sin derecho a desempleo y otras ayudas
Ya lo hemos avanzado antes. Cobrando en negro no tienes derecho a cobrar el paro. Y no solo el paro, habrás perdido cualquier posibilidad de cobrar una incapacidad temporal (una baja por enfermedad por ejemplo) y por supuesto olvídate de que se cubran accidentes de trabajo o ‘in itinere’. Tampoco tendrás derecho ni a prestaciones por desempleo ni a finiquito por el tiempo que cobres en negro.
4. Riesgo de multas
Obviamente, trabajar en negro es ilegal y el Gobierno persigue estas prácticas, aunque también es obvio que si hay dos millones de personas haciéndolo, no debe ser tarea fácil. Las multas impuestas son bastante fuertes tanto para empresas como para trabajadores.
Las primeras se arriesgan a sanaciones como poco de 3.126 euros y de 10.000 como mucho. Si el empleado está cobrando paro, la sanción máxima a la empresa se eleva hasta los 187.515 euros. En este último supuesto, el trabajador se enfrentaría incluso a penas de cárcel de 6 meses a tres años.
5. Perjudicar al resto de la población
Éticamente, defraudar a Hacienda y a la Seguridad Social, no está bien básicamente porque el defraudador parte con una ventaja frente al resto de trabajadores legales. El que trabaja en negro obtiene una ventaja competitiva frente al que está legal. Puede trabajar más barato ganando más, expulsando al trabajador legal del mercado o haciéndolo menos competitivo.
Además, está actuando, con perdón de la expresión, como un parásito, ya que se beneficia de los esfuerzos del resto, que sí pagan sus impuestos y aportan a la caja común para que el trabajador en negro se aproveche de ello como los demás. El trabajador en negro, por tanto, cobra un sueldo y se podría aprovechar de las ventajas de declarar que no lo cobra: prestaciones, ayudas, subsidios, ventajas para los hijos a la hora de elegir colegios, institutos, becas…
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David García OficinaEmpleo.com
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