El momento de cuadrar la caja es uno de los más temidos para quienes trabajan en un comercio y más aún cuando no se trata de un negocio propio, sino de un empleado que no sabe por qué extraña razón no termina de cuadrar la caja. A un empresario le puede ocurrir lo mismo pero, aunque le toque perder dinero, no teme por su puesto de trabajo como sí ocurre con quien trabaja como empleado y no consigue que le cuadren las cuentas…
Imagen de una caja registradora (iStock)
Lo primero que debemos hacer en caso de que no nos cuadre la caja es intentar mantener la calma, aunque no sea algo fácil de conseguir. Piensa que si te dejas llevar por los nervios, la situación será peor de lo que realmente es y será más difícil que encuentres una solución al problema. Que la caja no cuadre es algo que a todo el que trabaja en un comercio le puede pasar y que, de hecho, le ha pasado a casi todo el mundo.
Otra cosa es que ese error se repita con cierta frecuencia y que nuestro jefe nos haya dado algún aviso, pero incluso en ese caso debemos controlar nuestros nervios. Tomarse un momento para respirar profundamente y volver a repasar las cuentas con tranquilidad puede ayudarte a detectar más fácilmente dónde está el error. En muchas ocasiones no lograremos encontrar una explicación a ese desfase, pero tampoco debemos desesperarnos por eso. Entre otras cosas porque saber dónde está el error no implica necesariamente que el problema esté resuelto.
En la mayoría de situaciones de este tipo, aunque descubramos dónde ha estado el fallo, en la caja seguirá faltando dinero y seguiremos teniendo un problema por mucho que sepamos que nos hemos equivocado al marcar el importe en la caja o al dar el cambio a un cliente.
Y es aquí dónde vienen otras dos preguntas asociadas a la de “¿qué hacer si no me cuadra la caja?”: “¿debo decírselo a mi jefe?” y “¿debo poner yo el dinero que falta”?. Vamos a empezar por esta última pregunta porque la respuesta está más clara que la primera. Esa respuesta es “no”. La solución a un error no está en cometer otro, como sería poner dinero de nuestro bolsillo para cuadrar la caja sin que el jefe se entere. Es el empresario quien debe asumir que en un negocio surgen contratiempos tan normales como que la caja no cuadre.
La respuesta a la otra pregunta, la de si debemos decirle a nuestro jefe lo que pasa, depende más de las circunstancias. Por lo general, la respuesta es (o debe ser) “sí”, pero puede haber situaciones en las que sea preferible no decir nada. Por ejemplo, si los descuadres de caja se han repetido últimamente y nuestro jefe ya nos ha dado un aviso. Si pensamos que nuestro puesto de trabajo está en peligro y el desfase en la caja es de una cantidad pequeña, puede que en ese caso sí nos interese no decir nada a nuestro jefe y cuadrar la caja con nuestro dinero. Pero sólo si la cantidad es pequeña y realmente corremos el riesgo de sufrir un despido…
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