Tener más de un pagador debería ser un motivo de alegría y de tranquilidad económica, pero lo cierto es que, en muchos casos, es más bien una causa de malestar y preocupación, como bien sabéis los que tenéis o habéis tenido varios pagadores en un mismo año fiscal.
Y es que tener más de un pagador tiene más contras que pros. La gran ventaja -prácticamente la única- es que nos permite tener varias fuentes de ingresos -toda una suerte en estos tiempos, aunque muchas veces las cantidades no sean precisamente altas- y que, en caso de quedarnos sin una de ellas en algún momento, aún tenemos otra u otras para ganar dinero.
Este aspecto tiene su importancia y más si tenemos en cuenta que, por desgracia, hay muchísimas personas que no tienen ningún pagador o que el único que tienen es el derivado del cobro de la prestación por desempleo. Sin embargo, a partir de aquí, las ventajas de tener más de un pagador empiezan a ser escasas.
La desventaja más conocida y temida de tener varios pagados es la relativa a la declaración de la renta. Las personas con ingresos que no superan los 22.000 euros brutos anuales no están obligadas a presentar la declaración de la renta siempre y cuando esos ingresos procedan de un único pagador o que, en caso de proceder de varios pagadores, la suma del segundo pagador y los siguientes no superen en total los 1.500 euros.
En el caso de tener varios pagadores -y que el segundo pagador o la suma del segundo y los restantes supere los 1.500 euros anuales-, el límite para estar exentos de presentar la declaración de la renta baja de los 22.000 euros a los 12.000 euros anuales. Por eso, muchas personas que no tendrían la obligación de declarar si sólo tuviesen un pagador, sí deben hacerlo al tener dos o más pagadores.
En este sentido hay un aspecto que, lamentablemente, es muy frecuente y que afecta negativamente a muchas personas. Cuando se produce un despido y el trabajador tiene derecho a cobrar la prestación por desempleo (lo que conocemos como cobrar el paro), esa persona va a tener en casi todos los casos dos pagadores en un mismo año. Una excepción sería que el despido se produjese a finales de diciembre y la prestación por desempleo se cobre ya al año siguiente, por lo que en el ejercicio fiscal anterior únicamente tendría un pagador.
Si los ingresos anuales de la persona que ha perdido su empleo eran superiores a los 22.000 euros y, por tanto, estaba obligado a hacer la declaración de la renta, tener dos pagadores no tiene por qué repercutir negativamente en ese ejercicio fiscal -no significa que vaya a pagar más dinero de IRPF-, pero sí lo hará al tener dos pagadores y cobrar entre 12.000 y 22.000 euros porque entonces sí estará obligado a presentar la declaración cuando antes no lo estaba. Además, de cara al siguiente ejercicio fiscal, volverá a tener varios pagadores si encuentra trabajo porque tendrá dos fuentes de ingresos: la prestación por desempleo y su nuevo empleo.
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